Blog / ¿En qué ayuda la vitamina C a los niños?
Seguramente has escuchado hablar muchísimo sobre la vitamina C, sobre todo en esta temporada invernal en la que las enfermedades respiratorias se vuelven más frecuentes, pero ¿sabes en realidad qué es y cómo interviene en el correcto funcionamiento del cuerpo y el sano desarrollo de tus hijos? Aquí te platicaremos qué es la vitamina C, para qué sirve y en qué alimentos puedes encontrarla para que tu pequeño crezca como un gigante.
La vitamina C o ácido l-ascórbico es una vitamina hidrosoluble (es decir, que se disuelve en agua) y que se encuentra presente principalmente en alimentos de origen vegetal; la exposición directa a la luz o al aire provoca que la vitamina C se oxide rápidamente y que pierda todos sus beneficios.
Al igual que casi todas las demás vitaminas, (excepto la D que nuestro cuerpo puede producir de manera natural cuando nos exponemos a la luz solar directa) tus hijos necesitan vitamina C y de preferencia, deben adquirirla de los alimentos que consumen diariamente como parte de lo que necesitan para mantener un sano crecimiento.
La vitamina C es un micronutriente (esto es, una sustancia indispensable para el organismo en pequeñas cantidades) esencial que cumple con una gran variedad de funciones muy importantes en el cuerpo; algunas de ellas son las siguientes:
Como si estos beneficios en el corto plazo no fueran suficientes, la investigación también sugiere que el consumo regular de vitamina C es un buen hábito que puede prevenir ciertas enfermedades a futuro.
La exposición a la radiación y a la contaminación ambiental e incluso la propia digestión de los alimentos liberan radicales libres que contribuyen al estrés oxidativo, responsable del envejecimiento celular, pero también a enfermedades como el cáncer, los problemas cardiovasculares y la artritis en el muy largo plazo. Es aquí donde entra la función de la vitamina C como antioxidante: los radicales libres reaccionan con la vitamina C (en lugar de atacar a las células del cuerpo) y ayuda a reducir el daño que provocan.
Ya te hemos platicado qué es la vitamina C, para qué sirve y algunos beneficios que tiene en el corto y largo plazo, pero tal vez te estés preguntando qué pasaría si tu pequeño no consumiera las cantidades que necesita de esta vitamina.
Los signos de deficiencia de la vitamina C en niños (y también en adultos) se manifiestan como consecuencia de fallas en las funciones corporales de las que, en circunstancias normales, este micronutriente participa. Por ejemplo: una mala absorción de hierro provoca anemia, una enfermedad por la cual el cuerpo no tiene los suficientes glóbulos rojos saludables, lo que se traduce en menos oxígeno disponible. Si tu pequeño se siente cansado sin razón alguna, no quiere comer, tiene dolor de cabeza, está irritable o no se concentra en la escuela, consulta a su pediatra para descartar esta enfermedad.
Otra condición que evidencia, quizás con más claridad, un consumo insuficiente de vitamina C es la gingivitis. Si bien, se puede presentar a cualquier edad, si tu pequeño presenta encías inflamadas y sangrantes o sus dientes no se forman a tiempo y como deberían, considera llevarlo con un especialista para que evalúe sus síntomas y le dé tratamiento. Cabe mencionar que este es un signo clásico del escorbuto, la forma más grave de deficiencia de vitamina C que en otros tiempos era muy común entre los marineros; hoy en día es una consecuencia de la desnutrición infantil principalmente.
Otros efectos de un consumo insuficiente de vitamina C son infecciones frecuentes, cicatrización lenta de heridas, cabello reseco y quebradizo, sangrado nasal frecuente, un metabolismo más lento y aumento de peso consecuente, formación de hematomas (moretones) y dolor e inflamación de articulaciones.

Tanto diagnosticar como tratar la deficiencia de vitamina C son tareas en las que debe estar involucrado el pediatra de tu pequeño; así, si notas algunos de los signos de deficiencia de vitamina C que ya hemos mencionado, es necesario que (como mamá Danonino) seas sincera con el pediatra de tu pequeño y le digas la verdad sobre sus los hábitos alimenticios.
Recuerda que una alimentación balanceada es crucial para prevenir la deficiencia de cualquier nutriente para que, de manera ideal, no se produzca.
El tratamiento dependerá del nivel de deficiencia y, por supuesto, de los signos y síntomas que presente tu pequeño; en ocasiones, será suficiente con añadir frutas, verduras y otros alimentos fuente de vitamina C a la dieta de tu pequeño; mientras que, en otros casos su pediatra le recetará un suplemento con vitamina C adicional.
En el caso de deficiencia severa de vitamina C, los niños pueden necesitar seguimiento cercano e incluso hospitalización, sobre todo si el déficit no es un episodio aislado y los signos y síntomas son severos. En todo caso, no olvides que un diagnóstico oportuno es mejor y que siempre debes consultar al pediatra de tu pequeño si tienes la más mínima sospecha de deficiencia de esta vitamina en particular y de cualquier nutriente en general.
La cantidad de vitamina C que tu pequeño debe consumir varía de acuerdo con su edad y, a partir de cierto punto, su sexo. De acuerdo con la Junta de Alimentos y Nutrición en las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los Estados Unidos, los valores de referencia para el consumo de vitamina C son los siguientes:
En el primer año de vida, la ingesta adecuada o cantidad que garantiza una nutrición suficiente es la siguiente:
A partir del primer año de vida, el consumo diario recomendado, es decir, la cantidad suficiente para satisfacer las necesidades de la mayoría de la población sana es la siguiente:
La mejor forma de adquirir vitamina C, al igual que el resto de los nutrientes, es a través de una dieta balanceada en la que estén representados todos los grupos de alimentos y que responda a las necesidades nutricionales de tu pequeño. Ten en cuenta que un exceso de vitamina C también tiene efectos secundarios indeseables como malestar estomacal y diarrea (si bien no es frecuente ni tan perjudicial como su deficiencia porque al ser soluble en agua puede, para empezar, ser expulsada a través del sudor y la orina).
Ahora que conoces la importancia que tiene para el sano crecimiento y desarrollo de tu pequeño, te mencionaremos los alimentos donde se encuentra la vitamina C. Al pensar en vitamina C, apostamos a que se te vendrán a la mente de manera automática los cítricos como el limón, la mandarina, la naranja, la lima y la toronja, pero desde luego que no son los únicos donde se encuentra y ni siquiera son los más abundantes en este micronutriente. Esto es excelente porque te brinda todo un abanico de posibilidades a tu alcance y a los gustos de tu pequeño con tal de que consuma toda la vitamina C que necesita.
Aparte de los cítricos, la vitamina C se encuentra en frutas como los kiwis, las guayabas, las fresas, el melón, la papaya y la sandía; proporcionalmente, la papaya contiene el doble y las guayabas cinco veces más vitamina C que la naranja, por mencionar un par de ejemplos. En menores cantidades, la vitamina C también se encuentra en la piña, la manzana, las ciruelas, los plátanos, la alcachofa y el betabel.
Te daremos una razón más para incluir en la dieta de tu pequeño las verduras, y es que entre los alimentos ricos en vitamina C también se encuentran los pimientos morrones que efectivamente son dulces y coloridos: los hay verdes, naranjas, amarillos y rojos; el brócoli y la coliflor cocidos, la col morada, la lechuga, la calabaza, las espinacas y el aguacate.
Es muy importante que todas estas opciones se consuman lo más frescas que sea posible, es decir:
Puesto que la vitamina C es sensible tanto a la luz directa como al contacto con el aire, intenta que tus hijos consuman fruta fresca en lugar de jugo. Si, de todos modos, tu pequeño tomará jugo en el desayuno, procura que sea el natural y no una bebida “con jugo” del supermercado, que contiene conservadores, colorantes y azúcares añadidos en mayor o menor medida, pero muy poco jugo natural
Evita los productos en conserva: las frutas procesadas ya sea en almíbar o cristalizadas pasan por cocción en la cual se pierde una gran cantidad de vitaminas además de la C; eso sin mencionar también todos los azúcares añadidos en el proceso.
A la hora de cocinar las verduras, puesto que ciertamente no todas pueden consumirse crudas, evita cortarlas en trozos pequeños o sumergirlas en agua por mucho tiempo ya que, ambas cosas facilitan que los nutrientes sean destruidos por la oxidación y la humedad.
Ya que sabes qué es, dónde se encuentra y qué beneficios tiene la vitamina C, es muy probable que te estés preguntando con cierta inquietud cómo incluir en la dieta de tus pequeños toda la variedad de alimentos que contienen esta vitamina tan importante para su desarrollo; por ello, aquí también te daremos algunos consejos que puedes poner en práctica para hacer que tus hijos se acostumbren a incluir en su alimentación una amplia variedad de frutas y verduras para comer sanamente:
El nuevo Danonino Probióticos llega con todo para contribuir a la nutrición de tus hijos y ayudar a protegerlos ya que, está enriquecido con vitamina C. La vitamina C e favorece los beneficios que acabamos de ver, pero además el producto contiene:
Estamos comprometidos con la nutrición infantil, por lo que todas las presentaciones de Danonino® son alimentos deliciosos, pero también equilibrados, que aportan calcio y vitamina D. Ahora, con Danonino Probióticos, sumamos a la lista de nutrientes esenciales más elementos útiles que ayuden un sano crecimiento.
Ahora que ya sabes qué es, dónde se encuentra y para qué sirve la vitamina C, tómate el tiempo de explorar las demás notas de nuestros blogs y conocer otros nutrientes y estrategias que puedes añadir e implementar, respectivamente, para que tu hijo crezca como un gigante.
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